El trabajo es una parte fundamental de
nuestras vidas por eso es de vital importancia que sepamos cultivar el
bienestar en el mismo. Nosotros tenemos la responsabilidad de encontrar placer en
nuestro entorno laboral, aunque sin duda será mucho más sencillo, y hasta
necesario, si podemos contar con la motivación de un buen líder positivo, ya
que ellos tienen el poder de hacer sentir cómodas a las personas en su ambiente
de trabajo.
¿Qué define a los líderes positivos?
Son personas que se destacan por su muy buen desempeño como directivos,
escuchan a sus empleados, son empáticos, accesibles, están presentes, podemos
confiar en ellos, son justos y coherentes en sus actos. Son quienes se preocupan
por el bienestar de los empleados.
Las empresas tienen que tener en cuenta
que se debe trabajar en habilitar un clima laboral agradable, proporcionar
formación permanente, clima cordial entre los empleados, promover desafíos.
Esto es útil tanto a nivel de crecimiento como de prevención.
En cuanto al ámbito laboral, la
utilización del flow es fundamental. Este aporte viene de la mano de Mihaly
Czikszentmihalyi profesor de Psicología Positiva de la Universidad de Chicago.
El flow es un término que se utiliza
para describir el estado mental en el que la persona logra una inmersión plena
y despliega una máxima concentración en el desarrollo de una tarea. Es un
factor primordial para el despliegue de la creatividad individual en función de
innovar en la empresa.
El modelo PERMA también es aplicable a
las organizaciones. Las emociones positivas pueden ser desarrolladas gracias a
la implementación de programas donde el trabajador puede conciliar su vida personal
con la laboral, políticas de trabajo con cierta flexibilidad, fomentar el
respeto entre todos.
El compromiso y el flow pueden ser
desarrollados cuando el empleado siente un fuerte sentido de pertenencia hacia
su lugar de trabajo y a sus demás compañeros. Los líderes positivos que son cálidos
logran motivar a todos tras un propósito compartido y seductor que repercutirá
en beneficios para todos. Empleados felices convierten a las organizaciones en
lugares productivos.
Las relaciones positivas pueden
fomentarse a través de una cultura abierta, diversa, donde la comunicación es
multidireccional y exista un lugar para la creación. Cuando la organización
logra realmente centrarse en sus recursos humanos está alcanzando una ventaja
palpable con respecto a sus competidores.
El logro puede alcanzarse de la mano de
la satisfacción por el trabajo bien ejecutado. Esta hermosa sensación de logro
puede ser sostenido cuando el empleado sabe que es apoyado en su desarrollo profesional
y es premiado por sus esfuerzos.
Uno de los caminos al bienestar
sumamente importante es el sentido de propósito, en la primera teoría de la
Psicología Positiva el sentirse parte de algo más grande que uno mismo era la
manera más eficiente de alcanzar la felicidad.
El liderazgo positivo, las
organizaciones saludables, son los que tienen muy en claro que hay que motivar
a las personas a desarrollar y utilizar sus fortalezas, que deben motivar a sus empleados para
compartir y alcanzar entre todos los objetivos establecidos. Esto habilita la
resiliencia en todos, lo que hará que finalmente haya valentía para actuar y
tomar decisiones inteligentes.
No sólo un buen discurso o la expresión
eficaz de autoconfianza son suficientes para lograr ejercer un liderazgo
positivo.
Para mover al equipo en la dirección
correcta es necesario:
1. Hacer de la cultura de empresa una
prioridad: compartir los valores y principios en que ésta se basa es tan
importante como trabajar por lograr un ambiente libre de negatividad y un
entorno de trabajo lleno de energía y optimismo. Es la mejor forma de lograr el
equilibrio y aumentar el rendimiento individual de las personas. Aquí, el
liderazgo positivo resulta esencial para luchar contra las adversidades que el
día a día puede traer, a través de la creación de un sentimiento de pertenencia
a un equipo ganador.
2. Compartir una visión positiva: esta
perspectiva debe ser clara, audaz y simple para que todo el mundo en la
organización la pueda entender y sea capaz de organizarse alrededor de ella.
También tiene que ser adecuada a los retos a los que es preciso enfrentarse y
estar alineada con la dirección a seguir. El liderazgo positivo se verá
reforzado si el compartir esta visión no es una actividad ocasional sino que se
lleva a cabo todos los días de formas distintas.
3. Fomentar la participación: es
esencial que cada persona en la organización comprenda la forma en que pueden
contribuir a esta visión que se ha compartido con ellos. Resulta clave que el
líder sepa escuchar y ponga atención al enfoque y propósito de cada punto de
vista, para fomentar la cohesión del grupo y aprovechar las buenas ideas.
4. Identificar las oportunidades: y
convertir los retos en nuevas posibilidades, transformando los problemas en
ventajas y las barreras en soluciones positivas. Como líder, este punto es
fácil de poner en práctica cuando, por ejemplo, se escucha una queja y se
propone una reunión informal para generar nuevas ideas y caminos para
resolverla, que terminen desembocando en innovación y motivación para el equipo.
El liderazgo positivo es una forma de
trabajar, relacionarse con los demás y comunicarse en la que las acciones
prevalecen sobre las decisiones, las oportunidades son la realidad detrás de
los problemas, los desafíos se entienden como una forma de aprender y el día a
día es la mejor ocasión para avanzar hacia la excelencia a través de la mejora continua.
Insight
¡Vamos por
organizaciones positivas y saludables!
Bibliografia
OBS Business School.
Mariana Alvez,
licenciada en psicología.