viernes, 1 de diciembre de 2017

¡Lidera En Positivo! (III)



El trabajo es una parte fundamental de nuestras vidas por eso es de vital importancia que sepamos cultivar el bienestar en el mismo. Nosotros tenemos la responsabilidad de encontrar placer en nuestro entorno laboral, aunque sin duda será mucho más sencillo, y hasta necesario, si podemos contar con la motivación de un buen líder positivo, ya que ellos tienen el poder de hacer sentir cómodas a las personas en su ambiente de trabajo.

¿Qué define a los líderes positivos? Son personas que se destacan por su muy buen desempeño como directivos, escuchan a sus empleados, son empáticos, accesibles, están presentes, podemos confiar en ellos, son justos y coherentes en sus actos. Son quienes se preocupan por el bienestar de los empleados.

Las empresas tienen que tener en cuenta que se debe trabajar en habilitar un clima laboral agradable, proporcionar formación permanente, clima cordial entre los empleados, promover desafíos. Esto es útil tanto a nivel de crecimiento como de prevención.

En cuanto al ámbito laboral, la utilización del flow es fundamental. Este aporte viene de la mano de Mihaly Czikszentmihalyi profesor de Psicología Positiva de la Universidad de Chicago.

El flow es un término que se utiliza para describir el estado mental en el que la persona logra una inmersión plena y despliega una máxima concentración en el desarrollo de una tarea. Es un factor primordial para el despliegue de la creatividad individual en función de innovar en la empresa.

El modelo PERMA también es aplicable a las organizaciones. Las emociones positivas pueden ser desarrolladas gracias a la implementación de programas donde el trabajador puede conciliar su vida personal con la laboral, políticas de trabajo con cierta flexibilidad, fomentar el respeto entre todos.

El compromiso y el flow pueden ser desarrollados cuando el empleado siente un fuerte sentido de pertenencia hacia su lugar de trabajo y a sus demás compañeros. Los líderes positivos que son cálidos logran motivar a todos tras un propósito compartido y seductor que repercutirá en beneficios para todos. Empleados felices convierten a las organizaciones en lugares productivos.

Las relaciones positivas pueden fomentarse a través de una cultura abierta, diversa, donde la comunicación es multidireccional y exista un lugar para la creación. Cuando la organización logra realmente centrarse en sus recursos humanos está alcanzando una ventaja palpable con respecto a sus competidores.

El logro puede alcanzarse de la mano de la satisfacción por el trabajo bien ejecutado. Esta hermosa sensación de logro puede ser sostenido cuando el empleado sabe que es apoyado en su desarrollo profesional y es premiado por sus esfuerzos.

Uno de los caminos al bienestar sumamente importante es el sentido de propósito, en la primera teoría de la Psicología Positiva el sentirse parte de algo más grande que uno mismo era la manera más eficiente de alcanzar la felicidad.

El liderazgo positivo, las organizaciones saludables, son los que tienen muy en claro que hay que motivar a las personas a desarrollar y utilizar sus fortalezas, que deben motivar a sus empleados para compartir y alcanzar entre todos los objetivos establecidos. Esto habilita la resiliencia en todos, lo que hará que finalmente haya valentía para actuar y tomar decisiones inteligentes.


Claves del liderazgo positivo que potencian sus efectos en individuos y organización.




No sólo un buen discurso o la expresión eficaz de autoconfianza son suficientes para lograr ejercer un liderazgo positivo.

Para mover al equipo en la dirección correcta es necesario:

1. Hacer de la cultura de empresa una prioridad: compartir los valores y principios en que ésta se basa es tan importante como trabajar por lograr un ambiente libre de negatividad y un entorno de trabajo lleno de energía y optimismo. Es la mejor forma de lograr el equilibrio y aumentar el rendimiento individual de las personas. Aquí, el liderazgo positivo resulta esencial para luchar contra las adversidades que el día a día puede traer, a través de la creación de un sentimiento de pertenencia a un equipo ganador.

2. Compartir una visión positiva: esta perspectiva debe ser clara, audaz y simple para que todo el mundo en la organización la pueda entender y sea capaz de organizarse alrededor de ella. También tiene que ser adecuada a los retos a los que es preciso enfrentarse y estar alineada con la dirección a seguir. El liderazgo positivo se verá reforzado si el compartir esta visión no es una actividad ocasional sino que se lleva a cabo todos los días de formas distintas.

3. Fomentar la participación: es esencial que cada persona en la organización comprenda la forma en que pueden contribuir a esta visión que se ha compartido con ellos. Resulta clave que el líder sepa escuchar y ponga atención al enfoque y propósito de cada punto de vista, para fomentar la cohesión del grupo y aprovechar las buenas ideas.

4. Identificar las oportunidades: y convertir los retos en nuevas posibilidades, transformando los problemas en ventajas y las barreras en soluciones positivas. Como líder, este punto es fácil de poner en práctica cuando, por ejemplo, se escucha una queja y se propone una reunión informal para generar nuevas ideas y caminos para resolverla, que terminen desembocando en innovación y motivación para el equipo.


El liderazgo positivo es una forma de trabajar, relacionarse con los demás y comunicarse en la que las acciones prevalecen sobre las decisiones, las oportunidades son la realidad detrás de los problemas, los desafíos se entienden como una forma de aprender y el día a día es la mejor ocasión para avanzar hacia la excelencia a través de la mejora continua.



Insight

¡Vamos por organizaciones positivas y saludables!

Bibliografia

OBS Business School.
Mariana Alvez, licenciada en psicología.