Muy a menudo, los
conceptos de «liderazgo» e «influencia» se utilizan de manera intercambiable,
un error totalmente comprensible si consideramos lo intrincados que están el
uno con el otro.
Si bien una persona puede tener un efecto de influencia sobre
otra sin ser o ejercer una posición de liderazgo, no hay duda de que un líder
será incapaz de dirigir a su equipo de manera efectiva si no cuenta con las
habilidades y las técnicas necesarias para influir en los demás.
De hecho, la habilidad
para influir en los colaboradores es el factor que distingue contundentemente
al líder de quien de otra forma no es más que un gerente. En este sentido, el
liderazgo de influencia consiste en trabajar simultáneamente con personas e
ideas, haciendo posible que los esfuerzos de las primeras sean coherentes y
estén alineados con las acciones estratégicas de la empresa y las razones que
las respaldan.
Dado que el mundo de los negocios experimenta cambios de manera
constante y vertiginosa, y en los últimos años el ritmo de vida de los
empleados se ha caracterizado por un bombardeo incesante de información, que
crea fuentes de distracción en cada canal disponible, la capacidad de captar la
atención de los otros e influir su comportamiento es uno de los retos más
grandes e importantes del líder moderno.
Existen diversos
estilos de liderazgo, pero ¿cómo puede el líder conseguir que su equipo de
trabajo adopte sincera y permanentemente los valores, la cultura, la misión y
los planes estratégicos de la organización? De acuerdo con diversos estudios,
los cuatro pilares del liderazgo de influencia son los siguientes: una posición
de poder, el lenguaje, la experiencia y la pasión [Gráfico 1].
La pregunta obligada
es, entonces: ¿cómo desarrollar estas competencias y potencializar el liderazgo
de influencia? Para los expertos, la clave se encuentra en la manera en que el
líder comprende e interactúa con aquellas personas sobre las que pretende
impactar, y son seis los hábitos que permiten cimentar y mantener un liderazgo
de influencia efectivo.
1. Establecer buenas relaciones
No se trata, en sí, de
intentar ser desesperadamente una líder agradable, sino de saber adaptarse y
desenvolverse con fluidez y naturalidad en todo contexto y ante todo tipo de
interlocutores.
La afabilidad como tal no se traduce directamente en liderazgo
de influencia, pero las posibilidades de generar fricción al momento de liderar
se reducen sobremanera cuando los otros sostienen una buena relación personal
y/o laboral con su líder.
Por otra parte, relacionarse es la manera más
efectiva de comprender las necesidades y motivaciones del equipo, puntos clave
al momento de alinearlas con los valores y objetivos de la empresa.
2. Escuchar antes de intentar persuadir
Un escenario bastante
común para la fuerza de trabajo es el del líder que recorre con urgencia
apremiante cada área de la empresa, marcando su lista de pendientes conforme
consulta el avance de cada equipo y revisa los mensajes de su celular, sin
prestar realmente atención a sus colaboradores.
Gran parte de los sentimientos
negativos hacia la empresa acumulados por los empleados nacen de la impresión
de que su esfuerzo no es correctamente valorado o bien, de que sus voces no son
escuchadas.
Una forma asertiva de abordar esta cuestión es, en lugar de
únicamente preguntar por avances y resultados, reconocer aquello que se ha
realizado óptimamente y preguntar qué cosa puede hacer el líder para ayudarlos
a facilitar sus labores y mejorar así su desempeño.
3. Comunicarse efectivamente
Un factor elemental del
liderazgo de influencia es sin duda la comunicación efectiva. La forma en que
un líder utiliza el lenguaje, tanto verbal como no verbal, tiene una
repercusión directa en el grado de influencia que tiene sobre su equipo.
La
comunicación efectiva y estratégica va más allá transmitir de manera clara y
precisa la visión y los planes comerciales de una organización: su objetivo
fundamental es el de motivar e inspirar a los colaboradores, establecer un
clima organizacional donde el ambiente laboral sano y el enfoque a resultados
vayan de la mano.
Asimismo, es la herramienta que permite mantener a todos los
empleados informados y enfocados, asegurando el flujo correcto de la
información en cada momento y propiciando las condiciones necesarias para
adaptarse a las contingencias.
4. Demostrar experiencia
En muchas ocasiones,
para ejercer un liderazgo de influencia no basta con tener una posición
jerárquica de poder.
En este sentido, la autoridad del líder debe estar
fuertemente respaldada por su experiencia. Las posibilidades de que un equipo
de trabajo confíe en su líder son mayores cuando este comprende ampliamente no
solo los procesos de su empresa, sino también la industria a la que pertenece,
y demuestra constantemente que es capaz de generar un impacto positivo en el
desempeño de sus colaboradores y de la organización en general.
Aunque en los
últimos años las habilidades blandas o soft skills han cobrado cada vez más
importancia en los roles de liderazgo de las empresas modernas, la experiencia
es todavía un factor determinante en el grado de influencia que puede ejercer
un líder.
5. Pensar estratégicamente
Es en este punto cuando
una posición de poder y las habilidades de negociación de un líder entran en
juego. Al momento de implementar las acciones estratégicas del plan comercial
de una empresa o bien, durante la gestión del cambio organizacional, es natural
encontrar fuerzas que opongan resistencia.
¿Qué personas y qué procesos se
verán afectados? ¿Qué problemas o actitudes de antagonismo pueden esperarse? Y,
como líder, ¿Qué puedo hacer para facilitar las cosas? Las respuestas de estas
preguntas proporcionarán información valiosa para la elaboración de un plan que
permita abordar diferentes escenarios de la mejor manera posible.
Este es
además el mejor momento para reconocer el trabajo del equipo, destacar su
importancia dentro del plan global de la organización e indicar qué beneficios
implícitos o explícitos hay para ellos con el fin de establecer una sinergia
que haga posible cumplir con los objetivos comerciales de la empresa.
"No perdamos de vista los factores más importantes que llevan un liderazgo exitoso: el compromiso, una pasión por dejar huellas, una visión por lograr un cambio positivo y el coraje para la acción" Larraine Matusak.
Naturalmente, el liderazgo de
influencia no es una competencia que se desarrolle de la noche a la mañana; sin
embargo, practicar estos hábitos le permitirá al líder ampliar su nivel de
confianza e influencia y llevar a cabo de manera eficiente las acciones
estratégicas de la organización.
Bibliografía
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