jueves, 1 de diciembre de 2016

Si Tienes Estrategia, ¡Convertirás Tus Objetivos En Realidad!




La estrategia es el cerebro de nuestro sello personal, si nos tenemos una estrategia, podemos acabar perdiendo batalla tras batalla.

La palabra “estrategia” proviene de la palabra griega que se refiere a “dirección, don de mando”. Como un buen general, las estrategias proveen una dirección global para una iniciativa.

Una estrategia es la manera de describir el cómo se van a hacer las cosas. Es menos específica que un plan de acción (que le dice quién, qué y cuándo); en lugar de eso, podríamos contestar, de manera general, a la pregunta “¿Cómo llegaremos ahí desde aquí?” (¿Queremos ir en tren, en avión o caminando?)

Una buena estrategia tomará en cuenta las barreras y recursos que existen (gente, dinero, poder, materiales, etc.). También estará considerando la visión general, misión y objetivos de la iniciativa. A menudo, una iniciativa utilizará muchas estrategias distintas – proporcionando información, incrementando el apoyo, removiendo barreras, previendo recursos, etc. – para conseguir sus metas.

Los objetivos delimitan las metas de una iniciativa – el éxito que le gustaría mostrar al conseguir la visión y la misión – . En contraste, las estrategias sugieren la trayectoria a seguir (y cómo moverse) en el camino al éxito. Esto es, las estrategias le ayudan a determinar cómo va a realizar la visión y objetivos a través del difícil mundo de la acción.

La estrategia proporciona ciertos instrumentos que determinan la forma en que vamos a gestionar las situaciones a corto, medio y largo plazo.

Pasar a la acción sin una estrategia previa, sin unos objetivos, solo conseguiremos que se “hagan las cosas” pero serán tan heterogéneas y divergentes que incluso en algunas ocasiones se pueden anular entre sí por ir en direcciones opuestas.

Podemos decir que igual que hemos incorporado a nuestras vidas herramientas como el GPS que nos indican en donde estamos, la ruta más corta, la más rápida o la más interesante, podemos crear nuestro sistema de posicionamiento estratégico que nos ayude  a llegar sin sobresaltos a nuestro destino.

Identifiquémoslo como una guía, es decir como un ordenador de abordo que nos indica la ruta y nos ayuda a tomar decisiones. Cuanta más información tengamos y cuanto mas correctos sean los datos con que lo alimentamos, mejores resultados podremos obtener.

Constantemente se producen cambios en el entorno o en el sistema en que operemos o en nosotros mismos que nos empujan a hacer ajustes.

En función del reto, alcanzar el objetivo es bueno, pero igual no es imprescindible. Lo importante es el trayecto, la transformación. En el camino se mejora, se registran lecciones aprendidas, se sustancian conclusiones, se conocerá a gente y aún lo más importante la gente te va a conocer a ti. Empezar un reto es como empezar una escalada. Habrá momentos de meseta y equilibrio y se debe aprender a disfrutar y aprender en cada uno de ellos.

La estrategia conlleva, al menos para conseguir el objetivo a tres acciones. 1. Exigirse un modo de como hacerlo. 2. Crear un camino. 3. Asegurar ventajas competitivas

“No llega antes el que va más rápido sino el que sabe a donde va” Séneca

Criterios básicos a desarrollar

¿Ofrece una dirección general? Una estrategia debe indicar la trayectoria general sin dictar una dirección en particular.
¿Se ajusta a los recursos y oportunidades? Una buena estrategia se beneficia de recursos y bienes actuales, también aprovecha nuevas oportunidades.
¿Minimiza la resistencia y las barreras? Cuando las iniciativas realizan cosas importantes, la resistencia (incluso la oposición) es inevitable. Sin embargo, las estrategias necesitan no proporcionar una razón para que los oponentes ataquen la iniciativa. Las buenas estrategias atraen aliados y convencen a los oponentes.
¿Alcanza a aquellos afectados? Para tratar el problema, las estrategias deben conectar la intervención con aquellos que serían beneficiados.
¿Hace progresar la misión?

¿Cuándo debemos desarrollar estrategias?

Las estrategias deben estar formadas siempre con antelación a adoptar las acciones, en lugar de decidir cómo hacer algo después de hacerlo. Sin una idea clara del cómo, las acciones de un grupo pueden perder tiempo y esfuerzo, y fallar en beneficiarse de las oportunidades que van surgiendo. Las estrategias deben también ser actualizadas periódicamente para conocer las necesidades del ambiente que cambia, incluyendo nuevas oportunidades y oposiciones que surjan contra los esfuerzos del grupo.

Por qué debemos diseñar una estrategia

Para conseguir nuestro objetivo debemos diseñar y seguir un plan personal o profesional que lo coordine todo.
La estrategia nos orienta, ilumina el camino, previene dificultades y nos hace más eficaces y eficientes.
Tomar ventaja de recursos y aquellas oportunidades que surjan.
Responder de manera efectiva a la resistencia y barreras.
Uso del tiempo, energía y recursos mas eficiente.
Nos ayuda a optimizar los recursos, evitar errores y catalizar el proceso.
Nos permite das respuesta en lugar de reaccionar.
Nos permite llegar de forma eficaz a quienes pueden proporcionar recursos
Nos ayuda a definir las coordenadas en el “mapa” para tener la vida personal o profesional deseada.
Nos ayuda a optimizar esfuerzos, ser más eficaces y evitar errores.
¿Tienes un plan personal/profesional?

Un plan es lo que realmente diferencia a las personas con éxito del resto.
Se trata de utilizar la ciencia frente a la magia u otros métodos más o menos esotéricos.
Todo lo que eres hoy y todo lo que serás mañana es el resultado de las elecciones que haces.
No triunfan los mas listos, ni los mejor educados, sino los que tienen un plan, se lo creen y actúan.
Si no tenemos un plan, los resultados serán mediocres.
No te seguirán si no creen que eres capaz de llevarles allí donde dices que vas.
Un plan te permite dar respuesta en lugar de reaccionar.
Para tener éxito, los demás deben percibirte como la opción preferente y para eso debes tener un plan.
Tu plan está afectado por múltiples interacciones. Es un modelo dinámico, cambiante y no lineal

Para qué sirve un plan

Para reducir la incertidumbre o incrementar la seguridad.
Para tomar el control.
Si no tienes un plan, acabaras cayendo en el plan de otro (o de otros)
Ya de por sí, la implantación de la planificación es una decisión estratégica.

“Todo aquello que no se planifica, es todo aquello que no se hace” Leitmotiv

¿Cuál es tú misión?

La misión es tu papel en tu visión del futuro.
Beneficio que quieres proporcionar a tu entorno.
Existe una necesidad humana básica de sentirnos útiles y de que estamos aportando a los demás.
La misión te ayuda a definir lo que quieres ser cuando “seas mayor”
Siempre debes preguntarte, ¿encaja tu objetivo con tu misión?

¿Cual es tú visión?

No basta con fijar un objetivo, debemos fijar en nuestra mente, el visualizar una situación ideal.
Sin una visión no es posible desarrollar una estrategia personal (ni de negocio empresarial)
La vida es más gratificante al avanzar con confianza y persistencia hacia una visión atractiva.
Siempre debes preguntarte, ¿encaja tu objetivo con tu visión?

“Liderazgo es la capacidad de trasladar la visión a la realidad” Warren Bennis

¿Y tú que crees?

Un ingrediente esencial es la creencia personal  de que vas a lograr tus objetivos.
Las condiciones externas de la vida de una persona serán siempre reflejo de sus creencias internas.
Somos nosotros quienes creamos las normas que rigen nuestra vida.
Su tu no crees en lo que haces, nadie más lo creerá.

“Tanto si piensas que puedes como si piensas que no puedes, tienes razón” Henry Ford


Para qué sirven los objetivos

Nos ayudan a enfocarnos, a reducir la dispersión y mejorar nuestra eficacia.
Genera confianza en quienes nos conocen.
Los objetivos te permiten definir tu futuro.
Si haces las cosas con un propósito, eliminas pereza, miedo y otras barreras mentales.
Cuando sabes lo que quieres y lo expresas con claridad es más fácil que los demás te ayuden.
Un objetivo nos ayuda a gestionar el tiempo, al hacer las cosas que hay que hacer y no otras.
Tener objetivos no te hace perder oportunidades sino más bien al contrario. Te ayuda a aprovecharlas.
Te ayuda a dar un sentido global a lo que haces al ver más allá del momento presente.
Te permite controlar la dirección de tu plan o proyecto.

Por qué no nos fijamos metas

Pensamos que no son importantes. No sabemos como hacerlo. Tememos fracasar.
Tememos al rechazo. Si no lo conseguimos, pensarán que hemos fracasado.
Establecer objetivos implica abandonar nuestra zona de confort.
Los objetivos nos empujan hacia cosas con las que preferiríamos no tratar.

Por qué no conseguimos las metas

Carecemos de una fuerte razón para pasar a la acción.
No contamos con la participación ni colaboración de otras personas.
No disfrutamos persiguiendo metas.
No hemos definido ningún criterio de medición.
No hemos ordenado nuestras prioridades.
No pasamos a la acción.
No sabemos trasladar los vagos propósitos en metas concretas.
No sabemos visualizar el resultado deseado.
No tenemos metas, ya para empezar.
Nos falta confianza en nuestras capacidades.
Nos mostramos impacientes por conseguir los resultados deseados.
Nuestras metas entran en conflicto entre sí.
Nuestras metas no están escritas.
Permitimos que los demás nos aniquilen los sueños.
Tememos los cambios.
Tenemos demasiadas metas.

“A la larga, solo se alcanza aquello a lo que se apunta. Por lo tanto, mejor que se apunte a algo elevado” Henry David Thoreau

Insights

Transforma creencias limitantes, visiona, planifica, confía en los demás, pasa a la acción y ¡cree en ti mismo!

“La estrategia es cosa de reflexión, la táctica es cosa de percepción” Max Euwe

Bibliografía

 Apuntes de Branding Personal de Andrés Pérez Ortega