Con la llegada del mes de septiembre, se inicia para muchas personas un nuevo periodo lleno de propósitos, nuevos retos y un regreso postvacacional a la rutina diaria y cambio cíclico estacional.
El regreso a la realidad una vez han
expirado las vacaciones, debe afrontarse con ganas y animo, esta preparación
nos ubica en aceptar una nueva etapa facilitando ese nuevo orden a las
obligaciones diarias.
En este escenario es momento de
replantear nuevos objetivos y retos que nos llenen de energía y vitalidad,
ahora bien esos retos retadores deben seguir una métrica a efectos de ir
evaluando el estado del avance donde estoy y hasta donde quiero y puedo llegar,
por tanto deben ser medibles, realistas y productivos, es decir deben tener un
¿para qué?
La
solidez del reto estribara fundamentalmente si se analiza la situación de
partida tomando conciencia de la situación actual, se planifica un plan de
acción determinando objetivos de manera clara y concisa y finalmente se lleva a
cabo supervisando un seguimiento en todo caso en una actitud claramente de
autoconfianza en uno mismo.
Transitar por un estado de motivación
permanente que permita en todo momento verbalizar los beneficios que reportaría
el porfiar dicho reto es una clave del proceso, ir revisando éxitos intermedios
y festejarlos sustentara el entusiasmo y autoestima, desterrando así las
creencias limitantes, afianzando una estabilidad emocional en cualquier caso
necesaria.
Eliminar el miedo al fracaso, y a la
inseguridad es crucial, potenciar lo mejor de uno mismo, servirá de palanca
para cambiar un problema por una oportunidad, apoyándonos en aliados afines,
como la familia, compañeros o amigos.
Mantener vivo el reto es huir del
desanimo a pesar de las dificultades a las que hacer frente y ser constantes en
la planificación diseñada, no arrojar la toalla a las primeras de cambio
sacando lo mejor de la personalidad de uno mismo, pensando en los beneficios
que pretendemos alcanzar.
En definitiva se trata de divertirse y vivir
el reto en positivo, rehuyendo de negatividades por lo contagiosas que son.
Qué es el coaching y para qué sirve
El coaching es una disciplina que potencia y desarrolla las
capacidades de una persona o grupo de personas para lograr resultados y
objetivos extra-ordinarios. A través de la conversación, el coach facilita
la reflexión y el análisis de las distintas formas de actuar del cliente de coaching. Así, el cliente revisa cuál
es, en cada momento, la mejor forma de accionar en su propia realidad.
En el ámbito ejecutivo, el coach busca
inspirar a su cliente el deseo de desarrollar en profundidad aquellas
habilidades que le permitan mejorar su liderazgo, la comunicación con sus
equipos y la calidad de sus relaciones para mejorar sus resultados. A
diferencia de otras disciplinas, el coach no instruye, alecciona, dirige ni
aconseja, ni ofrece soluciones. No se trata de un maestro, ni de un consejero,
ni de un consultor. El coach es un facilitador, alguien que da apoyo y que
acompaña a su interlocutor en su proceso de reflexión.
Para ello, el coach utiliza niveles muy
profundos de escucha y de observación y con ellos ayuda a su cliente a
identificar sus creencias, supuestos honradamente arraigados que muchas veces
operan por debajo del nivel de conciencia y que están en la base de nuestras
acciones.
Además de actuar como un “detector de
creencias”, decimos que el coach actúa como espejo, ya que devuelve a su
cliente, a través de feedback constante, aquello que observa y que para el otro
puede no ser tan evidente. Con esto, el coach ayuda a poner foco en aquellos
aspectos que pueden estar limitando las acciones de su cliente, por tanto el coach
invita a la reflexión para que el cliente identifique creencias o límites
autoimpuestos que le impiden alcanzar sus objetivos.
El coaching optimiza la forma de conversar de las personas
facilitando su entendimiento y la fluidez de sus relaciones. Permite
identificar y gestionar mejor las emociones en las relaciones y, de esta forma
acercar posiciones. Fomenta la alineación de las personas con sus objetivos y
logra una coordinación de
acciones más eficaz.
El proceso de coaching
Análisis
de la situación en la que se encuentra el coachee. En esta fase,
identificamos el tema que se desea trabajar. Desde grandes
generalizaciones “deseo trabajar mi liderazgo", hasta temas
puntuales y concretos "He tenido una discusión con mi
jefe"
Identificación
de los objetivos que el coachee desea alcanzar, lo que para él supondría
una situación deseable.
Entender
las razones por las cuales el coachee no está logrando los objetivos
deseados, la situación deseable. Buscamos las creencias y automatismos que
rigen las acciones del cliente y que están actuando como barreras u
obstáculos en la consecución de sus resultados.
Definir
el plan de acción y establecer los compromisos, con el fin de que el
coachee actúe de manera diferente, pruebe a hacer cosas nuevas y
experimente las consecuencias.
Realizar
el seguimiento del plan de acción y evaluar los resultados de las acciones
que se van llevando a la práctica, como vía para consolidar nuevos
aprendizajes.
Un proceso de coaching supone trabajar
sobre las creencias del coachee, cómo se explica las cosas que le ocurren, qué
limitaciones encuentra en su camino, qué impedimentos y bloqueos (los "no
sé", "no puedo", "no valgo"...). A través de la
conversación, revisamos todos estos juicios y valoramos la conveniencia de
mantenerlos o modificarlos, cuando comprobamos que actúan impidiendo alcanzar
los objetivos deseados.
Variables
del proceso (hacen que los objetivos se cumplan, o no)
1.
"Es importante en la vida y en el trabajo tener un ¿para qué?, un propósito
y una intención que guíe nuestra vida"
2. Plantearse retos pero sin pasarse.
No se trata de marcarte una gran cantidad de objetivos más vale proponerte
pocos, pero que éstos sean sólidos. Sabrás si lo es si hay una actitud clara
hacia él y si existe un plan de acción concreto.
Responde mentalmente a este simple
paquete verbal: ¿Qué? ¿Para qué? ¿Cómo?
¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Quién?
3. Retos motivadores. Sólo lo son los
alcanzables. Si no hay probabilidad de éxito, el reto no es motivador.
"Las metas deben ser sobre lo controlable, aquello que depende de un
cambio en nuestra actitud o una acción por nuestra parte. Las metas que no podemos
controlar nosotros directamente provocan frustración y resentimiento.
4. Motivarse. Es importante conocer los
beneficios de la meta, porque esto nos ayuda a ver lo que vamos a obtener
gracias a su consecución. Anótalos para no olvidarlos.
5. Superarse. No rendirse cuando surgen
las primeras dificultades, eliminar el miedo a equivocarse, y tener la
constancia suficiente, no sólo ayuda a lograr los objetivos, sino que te
ayudara a reafirmar la personalidad, aumentar la autoestima y la estabilidad
emocional ¡los beneficios son inmensos! .Es cierto que proponerse una meta
requiere tener un perfil de personalidad de gran fortaleza. Afrontar nuevos
retos exige superarse durante un tiempo y solo se obtendrá la satisfacción de
lograr el objetivo al final de un largo recorrido. Sin embargo, la
gratificación del resultado compensa todo el sacrificio realizado anteriormente.
6. Hacer un plan de acción
concreto. Contestar a estas preguntas
básicas: ¿Qué?
¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Quién? Debe
contener un calendario concreto.
7. Planificación. Optar por una
herramienta que ayude, por ejemplo, la agenda clásica de papel, el outlook, el
sistema de agenda de nuestro smartphone, listas de tareas, etc.
8. ¿Avanzas? Para saberlo se deben revisar los logros en periodos temporales (semana,
mes etc.). Los avances pueden ser cualitativos o cuantitativos, o
preferiblemente una combinación de ambos.
9. Mentalización. Cada mañana dedicar 2
minutos al levantarse a meditar sobre el propósito y los beneficios que se van
a conseguir.
10. Duración. Un programa de coaching
tiene un principio y un fin, aproximadamente unos 6 meses, en función de cada
caso a razón de 2 encuentros mensuales y si en ese periodo no se han logrado
los desafíos planteados al principio, el proceso habrá fracasado. Evidentemente
prolongarlo eternamente perjudica coste económico del proceso y el desarrollo
personal.
11. Sonreír. Cuando sonreímos se libera
la hormona de la felicidad, se relajan los músculos y es la mejor terapia ya
que el mal estado de ánimo es el peor enemigo. Intenta ser optimista y
practicar la amabilidad. Empatizar con los demás y ser gentil reporta muchas
satisfacciones.
12. Hacer una lista. Con los propósitos que se quieren
cumplir. "las listas permiten "vaciar la mente". Cuando lo
tenemos todo en la cabeza y no lo concretamos en listas o agendas, estamos más
ansiosos, y generamos mas estrés y es más difícil llevar las cosas a cabo,
porque nuestra memoria es frágil".
Proponerse alcanzar unos objetivos es
un proceso en el que juegan un papel clave la determinación, la constancia y la
motivación. Incluso, aunque no consigamos nuestras metas, la satisfacción de
haberlo intentado nos hará sentir mejor con nosotros mismos.
Aspecto nuclear a destacar si se acude
a los servicios de un coach, es tener presente el papel a jugar por parte del
coach, pues nunca estará para aguantar lamentaciones, ni siquiera por atisbo el
de ser un consejero ya que para eso están los amigos y familia. Un programa de
coaching requiere compromiso por ambas partes para alcanzar unos
objetivos concretos y en un tiempo determinado, en donde no se trata de una
charla de amigos, sino de un trabajo de dos muy intenso que persigue un
objetivo de antemano, además de confidencialidad
y confianza y si no existe
desafío desde el principio nada tendrá sentido.
La primera toma de contacto garantiza
el éxito del proceso. Ambos actores tienen que encajar. Algunas veces las
buenas referencias y la trayectoria de un coach de reconocido prestigio no
sirven de nada para que el programa funcione, la afinidad personal y empatía es
básica para la consecución de objetivos.
En cualquier caso si hablamos de
coaching mas reconocido internacionalmente, tenemos que citar a la
International Coach Federatión, organismo encargado de velar por una ética y
código que emite certificaciones bajo esas premisas.
Insight
Insight
¿Qué hubiese logrado?
si en determinados momentos de mi vida me hubiese acompañado de un coach y ¿qué
lograré en adelante… si decido compartir mi reto?