Desde hace algunos años, la
práctica del yoga se presenta como una novedosa alternativa de desarrollo de
liderazgo en las empresas.
Algunas grandes corporaciones como
Sony, Nike o Apple las promueven entre sus empleados.
Quieren colaboradores capaces de
gestionar el estado de ánimo del equipo, comprometidos, capaces de coordinar
las tareas, de compartir la información y de sacar provecho de los éxitos y los
fracasos.
En una investigación realizada en
200 grandes empresas globales para determinar qué condición era la más
importante para un líder en los niveles más altos, Daniel Goleman encontró que,
aunque los ejecutivos tuvieran una formación en una gran universidad, una mente
incisiva y una gran capacidad para producir buenas ideas, había un factor sin
el cual no podrían ser grandes líderes: la inteligencia emocional.
Entonces, si se quiere tener
mejores líderes, es necesario trabajar la IE. ¿Puede la práctica del yoga
mejorar la inteligencia emocional de las personas?
En general, todos tenemos alguna definición que nos aproxima al concepto real de yoga: es una filosofía, un estilo de vida, una práctica que mezcla meditación, respiración y ejercicio físico.
Se estima que en Occidente (y de hecho en la India moderna) muchos
alumnos de yoga comienzan clases atraídos por los beneficios a la salud:
liberar el estrés, sanar lesiones y enfermedades y elevar la energía.
Sin embargo, lo que realmente
concierne al yoga es el autoconocimiento.
Con frecuencia yoga se define como la práctica de la autorrealización, una práctica de la auto-observación y de indagación interior.
Realizar los ejercicios de respiración, asistir a clase
regularmente, hacer las posturas y meditar son importantes, pero lo fundamental
es lo que sigue sucediendo fuera del salón de clase: el nivel de conciencia
sobre sí mismo.
El yoga permite acceder al
interior del ser, contactar con lo que somos y esa revelación proporciona
felicidad.
¿Eso es realmente lo que encuentran los CEO de grandes compañías, los ejecutivos y los millones de profesionales en el mundo occidental al practicar yoga?
Cómo ayuda yoga al liderazgo
Kaplan y Kaiser afirman que “quién
eres define cómo lideras”.
Por lo tanto, antes de liderar, es
preciso saber quién eres.
Las técnicas del yoga ayudan a
entender quién eres como ser humano, como empleado, como un líder natural o en
potencia.
La combinación del movimiento, las
posturas, la respiración, el tiempo que te dedicas a estar contigo mismo, crea
nuevas conexiones cerebrales y empiezas a retirar las barreras que te limitan
verte tal cual y alegrarte con lo que vas encontrando.
La autoconciencia o el conocerse a
sí mismo es fundamental para el yoga tanto como para el ejercicio del
liderazgo: se trata en ambos casos de realizar nuestro potencial superior,
saber quién eres y hacia dónde quieres ir.
Se descubre, por ejemplo, que la historia personal incide en tu manera de liderar.
O que la respuesta que ofreces en momentos de crisis es posible modularla mejor.
O que has estado
enfocado en los aspectos negativos de tu personalidad olvidando los positivos,
los que dan valor a tu vida y a la vida de los otros.
El efecto más claro es este: unidad. Yoga en sánscrito significa unión y lo que logras es integrar tu mente con tu cuerpo y tu espíritu.
Armonizar lo que piensas, lo que
sientes, lo que deseas y lo que deberías hacer.
Esa integración -en contraste con
las contradicciones-requiere esfuerzo y trabajo.
Además, está la parte ética. Hoy
se espera que los líderes no tomen a la ligera el respeto por los demás, el
cuidado del medio ambiente y las buenas prácticas en los negocios. Se espera
que se adhieran a conceptos éticos y morales.
Yoga se sujeta de las virtudes: la
verdad, no dañar, no robar, ser bondadoso y generoso, tener compasión,
perdonar, ayudar.
Recordar estos estándares facilita la toma de decisiones y provoca confianza en los otros.
Laura Hames Franklin que se define
a sí misma como entrenadora del cuerpo, salud y vida, afirma que, si bien el yoga
es importante como actividad de relajación y sirve para la meditación, no
implica que sea una fuente exclusiva para canalizar nuestras tensiones.
Hames sostiene que existen otras
consideraciones (para nosotros filosofías de vida) que también pueden beneficiar
a su actividad profesional y en definitiva a su empresa o negocios.
Pero hay más: no cabe duda que
mejorará en su aspecto estrictamente personal, porque facilitará las relaciones
interpersonales, ya que le ayudará a quitar todo el hierro que, como la energía
estática, se acumula y nos lleva a una expresión muy coloquial pero no menos
cierta: “estoy que reviento” o “ya no puedo más…voy a explotar”.
Cada vez que hablamos de tal o cual líder, o del liderazgo en general, siempre se tiene la idea preconcebida de que deben ser personas con un alto grado de atención y concentración en lo que hacen.
La pregunta es, ¿cómo lo hacen?
Hay algunos líderes que tienen
condiciones y talento natural y digamos que no necesitan entrenarse ni mental
ni físicamente.
Son unos pocos privilegiados.
Pero la gran mayoría de personas,
que incluso están siendo considerados líderes natos, requieren de sus momentos
de esparcimiento y relajación para poner sus ideas en orden.
Sin embargo, no deja de ser
admirable que los expertos en salud y entrenadores y preparadores físicos
argumentan que tenemos que adoptar un enfoque más holístico hacia el bienestar.
Ya no se trata de realizar veinte
minutos de ejercicio como una solución rápida para un día de trabajo duro.
Este no es el camino.
Debemos dejar de crear estas
separaciones entre el trabajo, la mente y el cuerpo, tal y como afirma Laura
Hames Franklin, a la que coloquialmente se conoce como ‘El arma secreta del
empresario’.
Ella sostiene que el cuerpo, en realidad,
tiene conciencia de sí mismo. “Ud. es un todo”, dice Franklin Hames.
Infinidad de artículos referidos a
la IE recogen que los seres humanos somos un ‘cúmulo de sentimientos’ que están
alojados en nuestro cuerpo y forman parte ineludible de nuestra existencia.
Separar mente y cuerpo es del todo
absurdo, por ello, no está desacertada Hames.
Por el contrario, está en línea con las nuevas investigaciones que en los últimos años demuestran cómo determinadas actividades físicas y algunos cuidados concretos como el sueño y la buena alimentación, están detrás no sólo de la salud del individuo, sino de su bienestar mental y de potenciar de manera importante el camino hacia el cumplimiento de los objetivos.
Insight
Está demostrado, científicamente,
que tener una sesión de yoga aumenta la productividad ya que se energiza el
cuerpo y la mente.
Entonces, si cargamos nuestro
corazón con el gusto de ser quienes somos, el deseo de servir, los grandes
proyectos, las cosas bien hechas, ¿mejorará nuestra inteligencia emocional?
Sí, porque yoga cultiva el
autoconocimiento, los comportamientos éticos, la espiritualidad, la paz
interior y el bienestar.
Bibliografía
Ecofin
Anhisa Yoga