Ser un buen líder no sólo
significa gestionar a un número de personas; también requiere ser empático, un
gran comunicador y un ejemplo para los demás.
Se trata, en definitiva, de inspirar
al resto del equipo.
Ocupar un puesto de este tipo es
exigente y requiere trabajar duro en las capacidades profesionales y emocionales
de cada uno.
Hoy en día las empresas
necesitan líderes, no jefes.
Aunque gestionar a un equipo,
repartir tareas y supervisar es imprescindible; es importante que un encargado
sea capaz de motivar e inspirar a las personas que trabajan con él.
El liderazgo supone:
Implicar al equipo.
Comprender los sentimientos de
cada persona y vincularlos con la visión de la empresa.
Entender las motivaciones de cada
miembro y conectarlas con el futuro de la empresa.
Reunir a todos los empleados bajo
objetivo común.
Alcanzar estos objetivos no es
sencillo y sólo se consiguen con la experiencia y la superación personal.
Hoy en día las empresas necesitan
líderes, no jefes.
Actúa como un líder, no como un “jefe”.
Si quieres ser un líder, actúa
como tal.
Tú eres el corazón de la empresa y
del negocio; por tanto, los empleados acudirán a ti en busca de consejos y soluciones.
Debes estar siempre a la altura de las circunstancias.
Si tu fallas, falláis todos.
Está en tus manos convertir tu
empresa en un lugar mejor; sólo tienes que creértelo con humildad.
Deja lugar a los errores
El fracaso es parte del
aprendizaje; esto se aplica con los niños, pero también con los adultos.
Una decepción traerá más aprendizajes que cualquier éxito.
Por tanto, da lugar a que tus
empleados (incluido tú) se equivoquen de vez en cuando.
En lugar de penalizar los errores,
haz siempre una pregunta: ¿qué has aprendido? Después, asegúrate de que ese
nuevo aprendizaje se aplica en el día a día.
Ser indulgente con los errores
hará que tus empleados se atrevan a probar cosas nuevas.
Esa experimentación habrá veces
que saldrá bien y otras que saldrá mal. Pero no pasa nada.
Empodera a tu equipo
Si has contratado a los empleados
correctos sabes qué son capaces de hacer.
Es decir, confías en sus
habilidades y experiencia.
Díselo. No pierdas ni un minuto.
Hazles saber qué crees en ellos y
dispararás su autoestima haciendo que se sientan capaces de lograr grandes
cosas.
Compensa la crítica con el halago
A veces las cosas no salen como las hemos planeado, es normal. En esos momentos, como líder, tienes la responsabilidad de guiar a tus empleados de vuelta hacia el camino correcto.
Trata de hacerlo sin derrumbar su confianza en ti y su autoestima.
Existe una técnica para dar
feedback conocida como “sándwich”. Se trata, sencillamente, de rodearlas
críticas con halagos. Sería así:
Empieza con un comentario
positivo.
Saca la parte negativa, pero
siempre de manera constructiva.
Termina con otro halago.
Haz sentir al equipo parte de la empresa
Si uno se siente una parte muy
pequeña de un engranaje mayor, seguramente no saque lo mejor de sí mismo.
Por tanto, es importante que
expliques a cada miembro del equipo cómo encaja dentro de la organización y por
qué es importante su trabajo.
A todos nos gusta sentirnos parte de algo.
El empleo, aunque a veces pensemos que no, es mucho más que recibir un sueldo a final de mes; es la forma de sentirnos valiosos.
¡Haz que cada empleado
se sienta importante dentro de la compañía!.
Céntrate en el desarrollo
Como decíamos antes, un trabajo no es sólo ganar dinero.
Los empleados buscan recibir mucho más de una compañía:
Que les ayuden a conseguir sus
objetivos profesionales.
Aprender, crecer y aumentar su
experiencia.
Tiempo para desarrollar nuevas
aptitudes.
Guía y consejo de una persona experimentada.
Cuanta más importancia le des a estos aspectos y más tiempo inviertas en ayudar a tus empleados, más felices serán.
Tu apoyo les hará sentirse motivados y comprometidos contigo y con la empresa.
Te lo devolverán en forma de trabajo duro y nuevas ideas.
Deja espacio
Ser un buen líder supone reconocer
la experiencia de cada miembro de un equipo y darles el espacio necesario para
desarrollar su trabajo.
Se supone que has contratado a los
mejores profesionales en su área, confía en ellos y permíteles hacer su
trabajo de la forma en la que ellos consideren mejor.
Esto les ayudará a:
Ser creativos.
Probar cosas nuevas.
Disfrutar del éxito.
Aprender de los errores.
Aprende a dar un paso atrás cuando
toca y reconoce que, a veces, tu empleado sabe más que tú de un área
determinada.
Da crédito a los demás
Todos los miembros del equipo son igual de importantes para alcanzar un objetivo; por tanto, el éxito o el fracaso es de todos.
Es como si sólo dieras las gracias al cocinero
por una comida excelente; el camarero también ha hecho parte del trabajo.
Reconoce el trabajo de cada
persona; te lo agradecerán y estarán más comprometidos con el negocio.
Predica con el ejemplo
Esta es la parte más importante y más difícil de ser un buen líder.
Si no tienes a nadie por encima que revise tu trabajo, es importante que tú mismo mantengas un nivel de autoexigencia muy alto.
Has de ser consciente de que:
Debes de ser un ejemplo para tus
empleados.
Cualquier norma que establezcas
debe aplicarse a ti también.
Si quieres que tus empleados sean
puntuales y trabajen duro, tú también debes de hacerlo.
Los empleados harán lo que tú
haces, no lo que tú digas.
Sigue aprendiendo
Hay personas que han nacido para
liderar; pero las que no, también pueden adquirirlo.
El liderazgo se aprende, pero tendrás que trabajar en ello.
Esto supone:
Ser consciente de tus acciones.
Retarte a ti mismo cada día.
Recibir feedback de tus empleados
y actuar en consecuencia.
Insight
Sin embargo, por encima de todo, para ser un buen líder necesitas potenciar tu empatía.
Si consigues conectar
con las personas que te rodean, te será mucho más fácil hacer que sientan que
tú eres el guía adecuado.
Si quieres ser un buen líder debes
de mantener siempre alerta; es fácil salirse del camino y volver a ser un jefe
normal. Sin embargo, en el liderazgo es donde ocurre la magia.
Un verdadero líder aprovechará la visión de la empresa para involucrar a los empleados.
Conseguirá inspirar y entusiasmar
al personal y el negocio, por tanto, se verá beneficiado.
Bibliografía
Cepyme