miércoles, 1 de noviembre de 2023

¡Lidera Tu Liderazgo Efectivo! (XXVI)

 


Ser un buen líder no sólo significa gestionar a un número de personas; también requiere ser empático, un gran comunicador y un ejemplo para los demás.

Se trata, en definitiva, de inspirar al resto del equipo.

Ocupar un puesto de este tipo es exigente y requiere trabajar duro en las capacidades profesionales y emocionales de cada uno.

Hoy en día las empresas necesitan líderes, no jefes.

Aunque gestionar a un equipo, repartir tareas y supervisar es imprescindible; es importante que un encargado sea capaz de motivar e inspirar a las personas que trabajan con él.

El liderazgo supone:

Implicar al equipo.

Comprender los sentimientos de cada persona y vincularlos con la visión de la empresa.

Entender las motivaciones de cada miembro y conectarlas con el futuro de la empresa.

Reunir a todos los empleados bajo objetivo común.

Alcanzar estos objetivos no es sencillo y sólo se consiguen con la experiencia y la superación personal.

Hoy en día las empresas necesitan líderes, no jefes.

Actúa como un líder, no como un “jefe”.

Si quieres ser un líder, actúa como tal.

Tú eres el corazón de la empresa y del negocio; por tanto, los empleados acudirán a ti en busca de consejos y soluciones.

Debes estar siempre a la altura de las circunstancias.

Si tu fallas, falláis todos.

Está en tus manos convertir tu empresa en un lugar mejor; sólo tienes que creértelo con humildad.

Deja lugar a los errores

El fracaso es parte del aprendizaje; esto se aplica con los niños, pero también con los adultos.

Una decepción traerá más aprendizajes que cualquier éxito.

Por tanto, da lugar a que tus empleados (incluido tú) se equivoquen de vez en cuando.

En lugar de penalizar los errores, haz siempre una pregunta: ¿qué has aprendido? Después, asegúrate de que ese nuevo aprendizaje se aplica en el día a día.

Ser indulgente con los errores hará que tus empleados se atrevan a probar cosas nuevas.

Esa experimentación habrá veces que saldrá bien y otras que saldrá mal. Pero no pasa nada.

Empodera a tu equipo

Si has contratado a los empleados correctos sabes qué son capaces de hacer.

Es decir, confías en sus habilidades y experiencia.

Díselo. No pierdas ni un minuto.

Hazles saber qué crees en ellos y dispararás su autoestima haciendo que se sientan capaces de lograr grandes cosas.

Compensa la crítica con el halago

A veces las cosas no salen como las hemos planeado, es normal. En esos momentos, como líder, tienes la responsabilidad de guiar a tus empleados de vuelta hacia el camino correcto.

Trata de hacerlo sin derrumbar su confianza en ti y su autoestima.

Existe una técnica para dar feedback conocida como “sándwich”. Se trata, sencillamente, de rodearlas críticas con halagos. Sería así:

Empieza con un comentario positivo.

Saca la parte negativa, pero siempre de manera constructiva.

Termina con otro halago.

Haz sentir al equipo parte de la empresa

Si uno se siente una parte muy pequeña de un engranaje mayor, seguramente no saque lo mejor de sí mismo.

Por tanto, es importante que expliques a cada miembro del equipo cómo encaja dentro de la organización y por qué es importante su trabajo.

A todos nos gusta sentirnos parte de algo.

El empleo, aunque a veces pensemos que no, es mucho más que recibir un sueldo a final de mes; es la forma de sentirnos valiosos.

¡Haz que cada empleado se sienta importante dentro de la compañía!.

Céntrate en el desarrollo

Como decíamos antes, un trabajo no es sólo ganar dinero.

Los empleados buscan recibir mucho más de una compañía:

Que les ayuden a conseguir sus objetivos profesionales.

Aprender, crecer y aumentar su experiencia.

Tiempo para desarrollar nuevas aptitudes.

Guía y consejo de una persona experimentada.

Cuanta más importancia le des a estos aspectos y más tiempo inviertas en ayudar a tus empleados, más felices serán.

Tu apoyo les hará sentirse motivados y comprometidos contigo y con la empresa.

Te lo devolverán en forma de trabajo duro y nuevas ideas.

Deja espacio

Ser un buen líder supone reconocer la experiencia de cada miembro de un equipo y darles el espacio necesario para desarrollar su trabajo.

Se supone que has contratado a los mejores profesionales en su área, confía en ellos y permíteles hacer su trabajo de la forma en la que ellos consideren mejor.

Esto les ayudará a:

Ser creativos.

Probar cosas nuevas.

Disfrutar del éxito.

Aprender de los errores.

Aprende a dar un paso atrás cuando toca y reconoce que, a veces, tu empleado sabe más que tú de un área determinada.

Da crédito a los demás

Todos los miembros del equipo son igual de importantes para alcanzar un objetivo; por tanto, el éxito o el fracaso es de todos.

Es como si sólo dieras las gracias al cocinero por una comida excelente; el camarero también ha hecho parte del trabajo.

Reconoce el trabajo de cada persona; te lo agradecerán y estarán más comprometidos con el negocio.

Predica con el ejemplo

Esta es la parte más importante y más difícil de ser un buen líder.

Si no tienes a nadie por encima que revise tu trabajo, es importante que tú mismo mantengas un nivel de autoexigencia muy alto.

Has de ser consciente de que:

Debes de ser un ejemplo para tus empleados.

Cualquier norma que establezcas debe aplicarse a ti también.

Si quieres que tus empleados sean puntuales y trabajen duro, tú también debes de hacerlo.

Los empleados harán lo que tú haces, no lo que tú digas.

Sigue aprendiendo

Hay personas que han nacido para liderar; pero las que no, también pueden adquirirlo.

El liderazgo se aprende, pero tendrás que trabajar en ello.

Esto supone:

Ser consciente de tus acciones.

Retarte a ti mismo cada día.

Recibir feedback de tus empleados y actuar en consecuencia.

 

Insight

Sin embargo, por encima de todo, para ser un buen líder necesitas potenciar tu empatía.

Si consigues conectar con las personas que te rodean, te será mucho más fácil hacer que sientan que tú eres el guía adecuado.

Si quieres ser un buen líder debes de mantener siempre alerta; es fácil salirse del camino y volver a ser un jefe normal. Sin embargo, en el liderazgo es donde ocurre la magia.

Un verdadero líder aprovechará la visión de la empresa para involucrar a los empleados.

Conseguirá inspirar y entusiasmar al personal y el negocio, por tanto, se verá beneficiado.

 

Bibliografía

Cepyme


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