Uno de los aspectos centrales del
liderazgo es el correspondiente a cómo se ejecuta de manera efectiva con
equipos de trabajo.
La estructura que las
organizaciones tienen hoy día, sea cual sea el tamaño de la empresa. Una filosofía
absolutamente transversal en la que subyace el colaboracionismo profesional y
poco margen queda para el ejercicio de poder de manera jerárquica.
La autoridad que el nivel
jerárquico otorga ha disminuido sustancialmente frente a otros poderes que le
han ido socavando el terreno: el sentido de equipo y compromiso con la
organización, las relaciones interpersonales, el wellbeing en los ambientes de
trabajo, la empatía y el amplio espectro de las competencias emocionales.
Y el liderazgo actual ha
incorporado todas y cada una de las evoluciones que se han producido en las organizaciones,
como consecuencia de la revolución en la gestión de los RRHH en respuesta a un
proceso de humanización como no se había vivido desde la Segunda Guerra
Mundial.
Es necesario resaltar el impacto
que el cambio ha producido, y sigue produciendo a diario por la influencia
decisiva que las nuevas tecnologías tienen en la manera de hacer las cosas,
cambiar métodos y procedimientos de trabajo, y, por supuesto, en la forma de
pensar.
Todos estos aspectos que forman
parte de un cambio amplísimo y silencioso son incorporados por el liderazgo efectivo
y cuando no se les presta atención tenemos dos consecuencias inmediatas:
organizaciones que no pueden competir de igual a igual con otras que sí están
en la onda de nuevos tiempos, al mismo tiempo que un efecto de carga negativa
de tensión e incertidumbre en los cuadros de empresas que no hayan tenido en
cuenta la trascendencia que el liderazgo efectivo tiene hoy en la sociedad.
Empecemos con algunos de los
horizontes actuales.
¿Liderar equipos de trabajo más
inteligentes que uno?
Cuando nos referimos al término
liderazgo, existen diversas definiciones, pero en esencia podemos decir que es
la acción de liderar un grupo de gente o una organización.
Se le atribuyen sinónimos como
dirección, control, management, supervisión, gobierno, etc., pero cuando
tenemos que definir quién es el que ejerce la acción de liderazgo, ya entonces
no entran en juego tantas palabras equivalentes.
Porque la acción de liderar está
por encima de acciones como supervisar, ejercer el control, gestionar, etc.
Por ello, al focalizar hoy en
aquellas circunstancias especiales en las que un líder tiene que gestionar
personas muy preparadas y especialmente brillantes, tenemos que tener en cuenta
algunas cuestiones que se salen del formato de liderazgo común al que estamos
acostumbrados.
No es lo mismo liderar una
organización con gente común que un equipo científico conformado por varios
genios, que incluso más de uno pudiera ser tildado de antisocial.
No es necesario que los busquemos
en una organización de investigación farmacológica, sino simplemente en muchas
de las más destacadas start-ups de los últimos años en los que ha habido
auténticos cerebros entre sus filas.
Ya sea que esté al frente de una
importante start-up o una organización de la lista Fortune 500, es su responsabilidad
como líder saber interpretar cuáles son las auténticas capacidades
intelectuales de la gente, además de sus ambiciones.
La herramienta clave es su
percepción sobre cómo los ve usted como líder, para poder establecer un orden
de tareas y responsabilidades en el día a día, bajando a tierra y no dejándose
llevar por las grandes ideas y visiones de esas mentes privilegiadas que pueden
fallar en el espacio corto.
Éstas hay que regularlas y
priorizarlas.
Que se pueda ver el progreso de
estos profesionales que impactan por su inteligencia y visión de las cosas,
pero hay que regularles para que no descarrilen, en el mejor sentido de la
palabra.
Transportémonos hoy a un escenario
en el que justamente lo normal de cada día, es que muchas mentes brillantes estén
trabajando al unísono en proyectos diferentes, aunque coordinados.
El papel del líder se convierte en
una pieza más importante que el liderazgo que habitualmente un líder debe
ejercer en una organización que no reúna un plantel humano de estas
características.
Insight
Cuando se gestionan personas más
inteligentes que uno hay que tomarse muy en serio el tipo de liderazgo a ejercer.
El buen líder tiene que dar libertad
al científico y a la gente brillante, pero su responsabilidad es no dilapidar
ni esfuerzos ni energías (en definitiva, recursos).
Bibliografía
ecofin
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