Cuando se pregunta “¿Qué es liderazgo?” y “¿Cuál es la cualidad más importante de un líder?” es frecuente que la primera y más común de las respuestas sea “Tener carisma” y “Ser carismático”.
En el entorno
empresarial también se oyen cosas como las siguientes: “Bien, el
motivo de que esta persona sea tan eficaz es que es carismática”. Los que lo
escuchan tienden a asentir, pretendiendo aparentar que comprenden lo que
significa, cuando en realidad no tienen la menor idea de lo que es el carisma,
excepto que es una cualidad especial que esa persona posee.
La palabra “carisma”, viene de la palabra griega
“regalo”, al considerar que se trataba de una cualidad reservada a unos pocos y
que nadie sabía de dónde provenía. De hecho, a diferencia de otras habilidades
del liderazgo, como realizar presentaciones convincentes o delegar, nadie ha
intentado enseñar a “tener carisma”.
Zenger y Folkman proponen que “ser inspirador y
motivador” es la mejor definición operativa de carisma. Basándose en una enorme
cantidad de datos empíricos, demuestran que esta cualidad de liderazgo es la
más importante y, al mismo tiempo, es aquella en la que los líderes reciben las
valoraciones más bajas por parte de sus superiores, compañeros y aquellos a
quienes dirigen.
Investigaciones en las empresas españolas no condujo
igualmente a la competencia “inspira y motiva a otros a un alto desempeño” como
el factor más diferenciador del liderazgo.
Se encontraron 10 cualidades
que diferenciaban a los líderes inspiradores y motivadores del resto. De entre
ellas quiero destacar las siguientes:
– Los líderes inspiradores y motivadores son
excelentes ejemplos de lo que quieren que otros hagan (Ser un modelo de conducta).
– Los líderes
inspiradores están continuamente desafiando a la organización para que cambie.
– La habilidad
del líder de provocar una respuesta emocional en los demás.
Las emociones potentes, positivas desencadenan la inspiración y contribuyen
a que las cosas ocurran. Y, como puede imaginarse, las emociones negativas
la impiden.
No hay una sola sino muchas formas como los
líderes pueden provocar la emoción, por ejemplo, ser entusiasta o mostrar
empatía. Actualmente se siguen llevando a cabo investigaciones para mostrar la
naturaleza contagiosa de la emoción, y la posición que los líderes ocupan en la
organización es una situación particularmente privilegiada para que sus
emociones afecten a los que le rodean.
El liderazgo inspirador es
una clave emergente en el ejercicio de la función directiva.
Ayuda a que los
profesionales se sientan autorrealizados, proporciona elevados índices de bienestar
y aumenta la productividad. Y, más allá de eso, dota a las organizaciones de
claves diferenciales que hacen que los grupos de interés los perciban como
propuestas de valor únicas.
Si asumimos que el
ejercicio del liderazgo es una capacidad que se puede aprender, la gran
pregunta es cuáles son los elementos que conducen al desarrollo de esa
habilidad.
Estas son algunas
pistas:
1. Crear una visión cohesiva amplia que
dote de sentido a la constelación de significados de las personas que
trabajan en la organización.
Un equipo no solo tiene un cómo, también tiene un
por qué, un para qué y, sobre todo, un para quién. Una condición básica de la
autorrealización es que la vida, y el trabajo, tengan un sentido y un
propósito.
2. Buscar los valores fundacionales,
genuinos y originales que dan sentido a esa visión, fomentando así la gestación
de una mirada única respecto al resto de propuestas de valor.
Los
líderes de organizaciones inspiradoras intentan que sean fieles a sí mismas, y
por tanto diferentes al resto.
3. Escuchar. Para que los profesionales
que trabajan en una organización se sientan inspirados tienen que percibir que
hay un espacio, o un momento, en el que pueden aportar sus ideas y desplegar su
constelación de significados.
Solo si se sabe escuchar las personas alumbrarán
y revelarán sus inspiraciones.
4. Dar valor a las ideas. Se habla mucho
de innovación y comparativamente poco sobre creatividad. Mucho menos sobre
inspiración.Sin embargo, es precisamente en ese fenómeno donde las ideas
extraordinarias habitan.
Promover la inspiración significa creer en las ideas en sí mismas, dar valor a la capacidad humana de trascender lo cotidiano para revelar itinerarios desconocidos y ángulos nuevos.
Promover la inspiración significa creer en las ideas en sí mismas, dar valor a la capacidad humana de trascender lo cotidiano para revelar itinerarios desconocidos y ángulos nuevos.
"El liderazgo no
se trata de títulos, posiciones o diagramas. Es acerca de una
vida influenciando a otra" Jhon C. Maxwell
Hemos vivido fascinados durante siglos por este tipo de discursos que han tenido la capacidad de encender nuestro entusiasmo. Y se podría pensar que su mayor atractivo está en su texto, o en la manera en que han sido interpretados.
Sin embargo, los
grandes discursos inspiradores lo son, fundamentalmente, porque están creados e
interpretados por líderes inspiradores.
Personas que tienen un proyecto de sentido
basado en una mirada única, personas que son capaces de escuchar y de dar valor
a la creación más extraordinaria que es capaz de generar el ser humano, que es
una idea nueva y original, fresca y diferente. Personas realmente inspiradoras.
Ningún modelo ha
conseguido hasta el momento explicar de modo completo y profundo qué es el
liderazgo. Y posiblemente esto siga siendo así siempre, porque aunque el hecho
de que unas personas sigan a otras parece simple, en realidad se trata de una
habilidad ciertamente compleja.
Liderar es poseer visión, es leer la realidad
de una manera ecuánime, y desde luego es poseer la habilidad para desarrollar a
otros. A estas y otras habilidades últimamente se ha sumado la capacidad para
inspirar.
En 2012 IBM realizó
un amplio estudio en más de 60 países para concluir que la capacidad de
inspirar a otros es una de las habilidades clave del liderazgo. Un año después,
un estudio realizado evaluando a unos 50.000 líderes, publicado en Harvard
Business Review, confirmaba este hallazgo: la capacidad para inspirar es la
que las personas más a menudo mencionan cuando se les pregunta qué competencia
les gustaría que tuviera quien les dirige.
Los autores del estudio encontraron
también que el liderazgo inspirador crea los mayores índices de implicación y
compromiso en el equipo.
Que la inspiración es
un fenómeno que nos hace sentir bien es un hecho que no necesita demostración,
y solo ese dato debería ser suficiente como para que los directivos la
promuevan en sus equipos.
Pero esa importante ventaja no es la única que el
liderazgo inspirador aporta al mundo de las organizaciones, pues la ciencia
muestra que cuando una persona está inspirada su índice de productividad aumenta significativamente.
Insight
Sin embargo, el
elemento clave del liderazgo inspirador como, la nueva clave de la función directiva
va mucho más allá del bienestar o de la productividad: los líderes realmente
inspiradores aportan sentido a la vida de los profesionales que trabajan a su
lado.
Sienten que su vida tiene un significado y un
propósito, y eso contribuye a su autorrealización: un factor humano sin rival
como motor de la motivación y el desarrollo personal, traduciéndose en
resultados.
Bibliografía
Mariano Operé. Director
de Estudios del Grupo P&A.
Dr. Jesús Alcoba González. Director de la escuela de negocios de La Salle
en Madrid.
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